Antiguamente llamado Real del Monte, es un pintoresco pueblo enclavado en las montañas hidalguenses que cautiva con su singular arquitectura de influencia británica, evidente en sus característicos techos de lámina roja y edificios coloniales. Conserva un importante legado minero visible en sus museos y antiguas minas rehabilitadas para el turismo.
Este pueblo mágico hidalguense ofrece una rica fusión gastronómica donde convergen tradiciones mineras e indígenas. Sus calles empedradas guardan secretos culinarios como los famosos pastes —herencia de los mineros ingleses del siglo XIX—, preparados con masa quebrada y rellenos de papa con carne o mole. La cocina local también incorpora ingredientes silvestres como los gualumbos (flores de palma) y el garambullo, fruto del cactus usado en mermeladas. El pulque, bebida ancestral, se disfruta aquí en su versión natural o curada con frutas, completando una experiencia gastronómica que narra la historia de esta región minera.
Real del Monte es un pintoresco pueblo, situado a 2770 m.s.n.m. donde se respira auténtico aire de provincia y se fusiona con los vestigios de nuestra cultura mestiza e influencia inglesa. En las construcciones del pueblo, sobresalen casonas de estilo inglés, con techos rojos, que podrás apreciar al caminar por sus inclinadas calles adoquinadas.
Además de la minería en la población, se llevaron a cabo los primeros partidos de futbol y tenis en el país. Entre los atractivos turísticos se encuentra el Museo Mina de Acosta, Museo de Medicina Laboral, Museo Mina La Dificultad, Parroquia de la Asunción, capilla del Señor de Zelontla, entre otros.
