De entre las maravillas naturales de Hidalgo, Huasca tiene en su territorio una joya: las formaciones rocosas conocidas como prismas basálticos, ubicados en una barranca en la cual las paredes forman estas caprichosas columnas. La zona tiene también bosques en regiones altas e impresionantes paisajes en donde se hallan peñas y lagunas; en su meseta central persiste un clima templado. Es tan destacado su patrimonio natural y geológico que desde el año 2017 la UNESCO inscribió en su Red Mundial de Geoparques el denominado Geoparque Comarca Minera, al cual pertenece Huasca y aporta geositios como la Peña del Aire, la Barranca de Aguacatitla, la Presa San Antonio y Los Prismas Basálticos.
Huasca de Ocampo es un sitio que tiene múltiples encantos en vista de su patrimonio, fruto de la interacción con la naturaleza y la historia. Destaca por ser el primer Pueblo Mágico reconocido por el programa del mismo nombre desde el año 2001 y es que su magia la justifican varios aconteceres. Como patrimonio monumental tiene en primer orden la Iglesia de San Juan Bautista, la cual fue construida en el siglo XVI por frailes agustinos.
No podría comprenderse el patrimonio de Huasca sin recordar al mayor benefactor que este lugar ha tenido: Pedro Romero de Terreros, un minero que tuvo a bien construir en este lugar tres de sus haciendas de beneficio de mineral, dos de ellas, San Miguel Regla (reconocida como geositio cultural) y Santa María Regla, aún están en pie y pueden ser visitadas, mientras que la de San Antonio Regla quedó bajo el agua de la presa y en ocasiones en que baja el nivel del agua, la construcción llega a notarse sobre la superficie.
Huasca tradicionalmente ha sido un pueblo de alfareros, los cuales por años han heredado su habilidad en la elaboración de tejas de construcción y de utensilios de cocina. En su cocina tradicional destaca la preparación de platillos con trucha, dada la actividad piscícola del lugar y platillos de temporada elaborados con flores y hongos comestibles, en cuanto a bebidas existe un coctel cítrico conocido como naranjate. La tradición oral de las leyendas es otra de las riquezas del lugar, mismas que se escenifican por las noches para gozo de los turistas.