Los recursos naturales que posee el municipio son un gran privilegio, empezando por su agradable clima y manantiales que lo hacen un lugar primaveral. Un atractivo es el géiser, el cual forja un espectáculo que evidencia la actividad volcánica que siempre ha existido en la zona. El Cañón de San Antonio es un sitio digno de visita para quien gusta del senderismo y la observación de flora y fauna.
En medio de zonas áridas, mesetas y barrancas, existe un valle de fértiles suelos con abundantes árboles; el paisaje se complementa con esta población de esencia colonial. Fue inscrito como Pueblo Mágico en el año de 2015.
La joya arquitectónica del lugar es el Convento de Santiago Apóstol, construido por los franciscanos, en donde destaca su hechura de cantera rosa, como también el reloj monumental que se encuentra en la plaza principal; hay que visitar además el acueducto virreinal y la Hacienda de Yexthó. Indispensable es también la visita a la zona arqueológica El Pañú, ubicada sobre una meseta en donde se asentó la antigua cultura xajay, antecedente de la otomí, que aún prevalece en la región.
Tecozautla tiene entre sus patrimonios vivos la elaboración de artesanías, como canastas de mimbre y carrizo o la talla en piedra, ya sea en cantera u obsidiana. En cuanto a su gastronomía destaca el mole rojo con guajolote o gallina y la barbacoa de borrego, además de quesos típicos de la región y nieves hechas con frutos del semidesierto.
Entre sus tradiciones destaca el Carnaval, con la aparición de xitás y danzantes por las calles de varias comunidades y la Feria de la Fruta que se celebra el 25 de julio, momento en que los altares del templo se adornan con frutas en honor de Santiago Apóstol.